Buscan en Santa Cruz al sicario más peligroso de Chile: estaba preso por homicidio y lo liberaron por error

Alberto Carlos Mejía Hernández, venezolano de 18 años, está prófugo desde el 10 de julio. Estaba preso por el homicidio de un conocido empresario en Santiago de Chile. El Ministerio de Seguridad de Santa Cruz dio el alerta y pidió colaboración a la comunidad, en colaboración con Carabineros de Chile.

Provinciales06/08/2025El Que Calla OtorgaEl Que Calla Otorga
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Hace aproximadamente un mes, la Justicia de Chile y Carabineros rastrean y buscan a un peligroso sicario que quedó en libertad “por error”, el pasado 10 de julio: Alberto Carlos Mejía Hernández, señalado como sicario del ‘Tren de Aragua’ de tan solo 18 años.

Desde entonces, su paradero es un misterio y si bien se presume que ya estaría fuera del país trasandino, ocultándose en Perú, este miércoles desde el Ministerio de Seguridad de Santa Cruz emitieron un alerta para poner en conocimiento a la sociedad y pedir colaboración para dar con el sujeto, quien es extremadamente peligroso, y se encontraba preso por el homicidio del empresario José Felipe Reyes Ossa en el corazón de Santiago de Chile.

“El Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Cruz, en cooperación con Carabineros de Chile, solicita la colaboración de la comunidad para dar con el paradero de Alberto Carlos Mejía Hernández, quien se encuentra prófugo de la justicia de dicho país por el delito de homicidio, perpetrado el día 19 de junio del corriente año en la comuna chilena de Ñuñoa, Región Metropolitana. Al mismo, se lo vincula directamente con la organización criminal internacional conocida como ‘Tren de Aragua’. Cualquier persona que posea información sobre su paradero que se comunique de inmediato con las autoridades a través del 911.”


Error y libertad
El 10 de julio, mientras debía continuar en prisión preventiva, el recluso oficialmente conocido como Osmar Ferrer Ramírez —nombre que resultó falso— fue liberado por Gendarmería de Chile.

Los funcionarios, tras un torpe encadenamiento de oficios judiciales contradictorios, interpretaron que debían dejarlo ir, pese a una advertencia enviada por correo electrónico de no excarcelarlo. Apenas cruzó la puerta, Mejía Hernández, de solo 18 años, desapareció junto a dos cómplices.

Desde la Corte Suprema se ordenó revisar los protocolos, mientras el Ministerio Público armaba una fuerza especial para rastrear al prófugo. El principal temor: que cruzara a otro país y acrecentara la red de impunidad de la organización criminal a la que pertenece.

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